Exportar y enviar productos al extranjero es hasta 4 veces más caro que hace un año: Drip Capital
Entre mayo de 2020 y junio de 2021 los exportadores pasaron de pagar 0.05 centavos por kilogramo exportado a tarifas estimadas en 0.25 centavos, es decir, los exportadores deben desembolsar 4 veces más por costos de envío.
CDMX a 28 de junio de 2021.- Los costos de enviar productos al extranjero en contenedores para las empresas globales se han elevado hasta 4 veces en tan solo un año, revela un análisis de Drip Capital, fintech especializada en el financiamiento para el comercio internacional.
Esto a causa de la crisis detonada por la pandemia de COVID-19 que ha implicado disrupción en las cadenas de suministro y una escasez global de contenedores, lo que, a su vez, ha incrementado los costos de las exportaciones.
“Un contenedor de 40 pies, estándar en transporte mundial, tiene una capacidad de carga de hasta 29 toneladas estadounidenses (US tons), es decir, unos 26 mil 300 kilogramos. Con los aumentos reportados debido a la crisis mundial, los exportadores han llegado a pagar 0.25 dólares por kilogramo exportado, es decir, unos 6 mil 727 dólares por el contenedor”, explica Gregorio Vázquez, director comercial de Drip Capital México, con base en un reporte global de la firma donde se evalúa el Índice mundial de contenedores (WCI) de Drewry.
“En un principio esto quizá no suene tan elevado, pero si consideramos que en mayo de 2020 el pago era de 0.05 centavos de dólar por kilogramo, estamos hablando de que un exportador, que envía sus mercancías por toneladas, hoy paga arriba de 4 veces más de lo que pagaba hace un año, lo que se traduce en un aumento astronómico en los costos de venta en un periodo relativamente corto”, agregó.
De acuerdo con el experto, esto no contempla otros gastos corrientes de las operaciones de comercio exterior que también cubren las empresas, mismas que incluyen cuotas compensatorias, traslado terrestre del puerto a la planta de producción o al centro de distribución (CEDIS), ni impuestos relacionados.
En cuanto a importaciones el panorama también trae distintos retos, pues “luego de sucesos como la crisis del canal de Suez, ahora tenemos eventos con un potencial igual o de mayor disrupción. Se estima que hay alrededor de 175 mil contenedores retrasados en el puerto de Yantian, en Shenzhen, China; justo en una temporada clave para los procesos logísticos y abastecimiento de productos con altas ventas para la segunda mitad del año”, agregó el experto al detallar que esto derivará en mayores retrasos y aumentos de precios de productos hacia el final del año.
En este tenor, el ritmo de exportaciones sigue afectado: el INEGI reporta que durante 2020 las exportaciones de México tuvieron una caída histórica de 9.34% anual, lo que representa el mayor retroceso desde la crisis del 2009. Para febrero de 2021 las exportaciones tuvieron una disminución del 1.1% en comparación al año pasado (-10% en productos automotrices, -7.1% en papel e imprenta, -6.9% en maquinaria industrial y -2.4 en equipo científico).
“Ya eran previsibles los efectos de la crisis por la pandemia en las cadenas de valor, desde actividades primarias, de soporte y margen, así como en la cadena de suministro, con efectos en la planificación, materia prima, fuentes de ingresos o financiamiento, producción, entrega y devolución. Mantener la continuidad del negocio en estos contextos exige siempre una mayor liquidez, solo para llevar a flote el capital de trabajo y cubrir las necesidades básicas de las empresas y sus mercados, hecho que más ha afectado a las PyMEs exportadoras”, acotó Edmundo Montaño, director general de Drip Capital México
LOS RETOS PARA LAS PYMES EXPORTADORAS
La fintech destaca que el elemento financiero ahora juega un papel determinante en las transacciones comerciales al exterior del país, toda vez que, ante la falta de liquidez se dispararon las solicitudes de financiamiento de estas unidades económicas en un 1200%, al menos en la base clientes de la fintech, la cual percibió alzas por factores como el efecto pandemia y otros detonantes de su crecimiento.
En específico para las PyMEs, ante el panorama de la crisis, Montaño asegura que deben formular estrategias para mantenerse resilientes y diversificar sus riesgos.
“Desde el punto de vista financiero, deben apostar por alternativas que les permitan cerrar la brecha entre la venta y obtener el efectivo de dichas transacciones, sin dejar de ofrecer plazos a crédito para sus clientes y al tiempo que se protegen de posibles bancarrotas o morosidad por las complicaciones del mercado. Para ello, modelos como el factoraje se convierten en un gran aliado”, concluyó el directivo.