Son reales los riesgos de ciberseguridad en México
- El acecho y delincuencia especializada aparecieron naturalmente con el avance tecnológico: Mario Isla de Tutum.
- México ocupa el cuarto lugar como el país más atacado por la ciberdelincuencia: Cyberthreat Edge Report 2022.
Ciudad de México, 1 de octubre de 2022.- Los recientes ciber ataques a diferentes gobiernos en Latinoamérica entre los que se encuentran México, Perú, Chile, Colombia y El Salvador han puesto en alerta a los profesionales de ciberseguridad para estar atentos ante nuevos escenarios de ataque.
Con ello, Mario Isla, director comercial de la consultoría Tutum, recomendó, entre otras cosas, contar con capacidades de mitigación y remedición ante las amenazas.
Añadió que cuando se habla de ciberseguridad debemos pensar en todas las posibilidades que se tienen como espacio “de vida digital”, por lo que garantizar el ciberespacio como un lugar seguro es un gran reto, que además nos exige cambios constantemente tanto en el ámbito privado como en el mundo organizacional.
“El entender qué está ocurriendo en el entorno para establecer controles eficientes de forma preventiva, a fin de crear un entorno digital seguro para usuarios y empresas que a gran escala mantienen sus líneas de negocios vinculadas estrechamente con la tecnología debe ser indispensable, una práctica cada vez más común”, explicó.
El especialista informó que hay herramientas enfocadas específicamente a proteger de riesgos en ciberseguridad. Explicó que “en TUTUM desarrollamos una herramienta llamada IntellSOC, que se ejecuta ante incidentes de ciberseguridad dando la capacidad de reaccionar ante amenazas nuevas que estén fuera del radar y que imposibiliten la respuesta oportuna de los sistemas de seguridad de las organizaciones. Esto, dijo, “gracias al proceso de inteligencia, nombrado así debido a que tomamos información que procesamos, descomponemos, lo que facilita la toma de decisiones y permite crear un plan totalmente personalizado para proteger a una organización ante cualquier amenaza cibernética futura”.
Sin embargo, es cada vez más evidente que la delincuencia no se circunscribe únicamente a las grandes, pequeñas y medianas empresas, ya que los gobiernos y los particulares, también son un atractivo para fraudes, advirtió la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, al señalar que cada mes se reciben 10 reportes de fraudes por suplantación de identidad de instituciones financieras[1] contra usuarios de bancos y a estos números tendríamos que sumar la lista negra de los casos no reportados.
Como ya se sabe, el gobierno de México sufrió un hacheo masivo por parte del grupo internacional de activistas denominado Guacamaya, quienes vulneraron el sistema de cómputo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para acceder a información que data de 2016 hasta septiembre de este año.
Se trata del mayor ciberataque en la historia del país, que se piensa dejó al descubierto miles de documentos confidenciales del actual gobierno y de administraciones anteriores.
De acuerdo con el 2022 Cyberthreat Edge Report, nuestro país ocupa el cuarto lugar -entre 17 países- como el más atacado por la ciberdelincuencia. Del 90.6% de las empresas atacadas, al menos uno de esos ataques fue exitoso en el último año.[2]
Mario Isla dijo que “no podemos pensar en innovación sin ciberseguridad, porque si lo hacemos aquello que pensamos como una solución se pude volver un problema”, y advirtió que ya es inimaginable una organización que no cuente con componentes tecnológicos para soportar diversos servicios, y posibles problemas tecnológicos, lo cual hace que permanentemente se esté innovando.
“Se volvió de vital importancia monitorear qué ocurre para entender cómo protegerme de manera eficiente. En TUTUM, esto lo hacemos a través de nuestros servicios de Ciberseguridad, particularmente desde nuestro IntellSOC, centro de alta especialización en la materia de prevención, contención y erradicación de amenazas en ciberseguridad”, dijo.
De ahí el que empresas especializadas ayuden a detener -pero sobre todo a prevenir- los delitos dentro de la red y disminuir la brecha entre infraestructura digital, habilidades y recursos destinados a la ciberseguridad, consideró el especialista.
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